ENSAYO FINAL
Cuando me matriculé en esta asignatura iba con el pensamiento de que iba literalmente a diseñar cosas, logos, carteles, branding, páginas, es decir, diseñar como se conoce comúnmente. Sin embargo me he encontrado con algo totalmente diferente, mi cabeza parecía la torre de un PC arrancando durante las clases, con todos los ventiladores intentando funcionar. Mi madre se ha pasado todo el semestre preguntándome que cómo llevaba la asignatura, que qué hacíamos en ella, pero yo siempre me quedaba en silencio intentando que algo saliera de mi boca, era incapaz de definirlo. Lo único que le decía es que me encontraba perdida, que no tenía claro que estaba haciendo pero que cada día veía cosas interesantes que me hacían pensar.
Para mí era muy raro llegar a clase y que el profe dijera que si adivinamos de qué iba esa clase podíamos irnos todos a casa. Me sentía en una distopía, o en cualquier otra cosa que no se parecía a una universidad. Cuando nos propusieron la primera experiencia del sueño no sabía muy bien como describirlo, creía que nada de lo que escribiera iba a estar bien, pero luego recordé que en esa clase no había algo que estuviera bien o mal, simplemente había cosas, había relatos constantes, por eso describí lo que realmente sentía.
Luego nos propusieron la experiencia del recuerdo no recuerdo, y cómo persona que vive en constante nostalgia, y que le da miedo olvidar el pasado, recurrí a ver mis fotos de pequeña, como hacía cada poco tiempo, y escogí mis favoritas. Cuando las miro es como que no me acuerdo de ellas, no me acuerdo del momento, pero sí de sensaciones, y no sé si es porque realmente lo recuerdo sensorialmente, o porque he visto las fotos y videos tantas veces que me he creado una sensación irreal.
Sin saberlo, estaba experimentando un poco todo el relato que se da con Von Trier y Leth, los profes nos estaban poniendo unas condiciones, unos límites que más o menos seguíamos y con las que nuestra creatividad iba incrementando. Pero llegamos a la propuesta del proyecto colectivo, y a pesar de que hubiera una condición, era algo tan abierto y tan libre que me sentí como Leth en su tercera obstrucción. La ausencia de límites me hizo entrar en un vacío creativo, no sabía por donde tirar, sentía que se me obligaba a ser ingeniosa. Cuando algunos de mis compañeros dieron con la tecla gracias a la experiencia 3 yo me sentí frustrada, buscaba, investigaba y pensaba pero nada me parecía bien. Al final opté por un tema que me interesa bastante, y es la locura que lleva un artista en su interior. Siempre que me sale algún video en mi FyP de curiosidades sobre muertes de artistas me quedo a verlo. Porque de alguna forma creo que los artistas somos diferentes al resto de mortales, nuestra mente divaga entre tormentas.
Recuerdo que hubo una clase en la que estuvimos hablando de nuestros orígenes, del primer mapa del mundo que se diseñó, y me hizo reflexionar sobre todo lo que hemos avanzado por nosotros mismos. Aunque al mismo tiempo me siento pequeña, un punto de entre todos los que hay. Me pongo a pensar en todo lo que ha evolucionado el mundo y pienso que ya hemos llegado a un tope, sin embargo siempre se inventan cosas nuevas, estamos en constante cambio, igual que ese primer mapa, que ahora luce totalmente diferente. En esa clase sentía que se me escapaba todo de las manos, que pensaba en algo y cuando me daba cuenta estaba pensando en otra cosa y no podía pararme en ninguna.
Aun así esta asignatura, podría decir que me ha servido para crecer, para trabajar en equipo, porque ese catálogo no se ha hecho solo, hemos trabajado todos en él y aunque a algunos les haya gustado más o menos el proceso, estoy segura de que la ilusión de ver algo creado por nosotros hecho realidad la hemos sentido todos. Cuando vi el catálogo en persona me sentí feliz, porque no se puede comparar el verlo en un pdf con poder tocarlo. Esto me ha impulsado a querer materializar mis trabajos personales ya que te sube mucho la autoestima como artista.
“Siempre he creído en seguir adelante, incluso si no entiendo completamente hacia dónde voy” - Jørgen Leth


